Se frie en apenas aceite la caballa limpia y cortada en trozos. Se reserva. En otra sartén, se frien una o dos cebollas cortadas en juliana junto con unos dientes de ajo. Se reservan.
Se coloca la caballa reservada en el puchero o cazuela que vayamos a guardarla. Se cubre con aceite virgen y vinagre, sin calentar, en crudo, y más o menos en la proporción de tres cuartos de aceite y uno de vinagre, ligeramente mezclado el aceite y el vinagre. Se espolvorea con tomillo y se incorpora la cebolla.
Hasta que no se haya enfriado no se debe introducir en la nevera. Se mantiene perfectamente unos 4 días. Se sirve tibio.
jueves, 15 de enero de 2009
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